Preguntas Frecuentes
El rotavirus es un virus muy contagioso que infecta a casi todos los niños antes de los cinco años. Generalmente se presenta acompañado de fiebre, vómitos y diarrea. El rotavirus no es la única causa de la diarrea grave pero es una de las más comunes y severas.
Aunque varios casos son moderados, otros pueden ser agudos y producir deshidratación. La deshidratación puede ser una afección médica grave.
Los niños son más propensos a contraer rotavirus entre los meses de noviembre y mayo, según el lugar del país en el que residen.

La pérdida rápida de líquidos que acompaña a los vómitos y la diarrea puede derivar en deshidratación, durante la cual el cuerpo no tiene el agua ni las sales (o electrólitos) necesarios. Los bebés menores de un año, y especialmente aquellos que tienen fiebre, se deshidratan con mayor facilidad debido a que el peso de su cuerpo es inferior. A veces, es necesario que los niños sean rehidratados con líquidos intravenosos. En los casos más agudos de deshidratación, el niño puede incluso desarrollar convulsiones o entrar en shock, que en raros casos puede ser una amenaza de vida.
El rotavirus generalmente comienza con fiebre moderada, seguida de vómitos y malestar estomacal como también grandes cantidades de diarrea líquida varias veces al día. Toda persona encargada del cuidado de niños pequeños debería conocer los síntomas del rotavirus, los cuales incluyen los siguientes:
- Diarrea frecuente y líquida (a veces de olor nauseabundo, de color verde o café)
- Vómitos frecuentes
- Fiebre
- Dolor abdominal
Los siguientes síntomas son indicios de deshidratación:
- Letargo (el niño no le presta atención, está menos sensible al tacto o a las palabras)
- Orina con menos frecuencia
- Llora sin lágrimas
- Piel seca y fría
- Boca seca o pegajosa
- Ojos hundidos o superficie blanda y hundidas en la parte superior de la cabeza
- Sed extrema
Si cree que su hijo tiene síntomas de rotavirus, debe llamar a su pediatra. El rotavirus en los bebés y niños pequeños puede ser muy molesto tanto para los padres como para el niño, por consiguiente, es importante reconocer los síntomas de inmediato. En un caso grave, un niño puede tener hasta 20 deposiciones diarreicas o episodios de vómitos en un período de 24 horas.
La deshidratación es una de las posibles complicaciones más importante en los niños infectados. Es posible que un bebé o niño pequeño necesite tratamiento intravenoso (IV) en un hospital.
Una terapia de atención en el hogar puede aplicarse para ayudar a manejar los casos de diarrea sin complicaciones. Normalmente, al niño se le suministran líquidos, como por ejemplo, soluciones de electrólitos vía oral, para reemplazar los que pierde a través de la diarrea y el vómito. Los vómitos intensos; sin embargo, pueden dificultar la terapia de rehidratación oral (oral rehydration therapy, ORT). Consulte con su pediatra si es necesaria una visita a su consultorio.
El rotavirus puede propagarse tanto antes como después de que los niños manifiesten signos de estar enfermos. Los niños pueden contraer una infección de rotavirus si se llevan los dedos a la boca después de haber tocado algo que ha sido contaminado por las heces de una persona infectada. Normalmente, esto sucede cuando los niños se olvidan de lavarse las manos con frecuencia, en particular antes de comer o luego de usar el retrete.
Las personas encargadas del cuidado de los niños también pueden propagar el virus, especialmente si no se lavan las manos después de cambiar los pañales. El rotavirus es resistente a la mayoría de los limpiadores desinfectantes, incluso a los productos antibacterianos. El virus puede sobrevivir durante algunas horas en las manos y durante días en superficies secas y duras. En consecuencia, el rotavirus puede propagarse fácilmente en las familias y puede desatarse una epidemia en las guarderías infantiles y hospitales.
Es difícil evitar que los niños se expongan al rotavirus. Mejores condiciones de sanidad e higiene no demostraron ser suficientes para reducir la enfermedad del rotavirus. Debido a que el virus es tan endémico, incluso los ambientes más aseados pueden infectarse. Los niños que ya han sufrido el rotavirus pueden volverse a infectar, pero las reincidencias tienden a ser menos graves.
Los adultos pueden contraer el rotavirus, pero los casos tienden a ser más moderados. Los niños pequeños entre los seis y 24 meses son los más expuestos a casos de rotavirus grave. No existe una manera confiable de predecir de qué manera el rotavirus afectará a su hijo. Los padres recientes y potenciales deberían hablar sobre el tema con el pediatra en la primera visita de control del bebé o antes de esta.
En Febrero de 2006, se autorizó una vacuna contra el rotavirus para su uso en los bebés de los Estados Unidos. La vacuna contra el rotavirus se aplica vía oral (por boca), no es inyectable.
Dicha vacuna ayuda a prevenir la gastroenteritis causada por el rotavirus en los bebés. Se demostró que protege al organismo contra los tipos más comunes de rotavirus. La vacuna contra el rotavirus no evita la diarrea ni los vómitos por causas ajenas al rotavirus y posiblemente no protege por completo a todos los niños vacunados. En un amplio ensayo clínico, la vacuna contra el rotavirus previno el 98% de los casos graves de rotavirus y el 74% de casos leves de rotavirus.
Los niños que se vacunan también son bastante menos propensos a ser hospitalizados o consultar al médico por una infección de rotavirus (consulte la información sobre el producto del paciente para la vacuna contra el rotavirus y converse acerca de esta con el pediatra).
El Comité Asesor de Prácticas en Inmunización (Advisory Committee on Immunization Practices, ACIP) y la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) recomiendan la vacunación de rutina para los bebés de los Estados Unidos con tres dosis de la vacuna contra el rotavirus a los dos, cuatro y seis meses de edad (como parte del cronograma de visitas de bienestar del bebé).
La primera dosis se debe administrar entre las 6 y 12 semanas de edad y las subsiguientes en incrementos de 4 a 10 semanas. No se ha estudiado la vacuna cuando su administración comenzó en niños fuera de ese intervalo de edades. Los niños deben recibir las tres dosis antes de las 32 semanas de edad. Después de esa edad, la vacuna no debe administrarse.
La vacuna contra el rotavirus puede aplicarse junto con las otras vacunas de la infancia.
Después de la administración, los niños vacunados pueden alimentarse normalmente.
- La vacuna contra el rotavirus no debe administrarse a bebés con reacciones alérgicas agudas a cualquiera de los componentes de la vacuna o a una dosis previa. Coméntele al pediatra si su hijo padece alguna alergia aguda que usted conozca.
- Los niños que sufren alguna enfermedad moderada o grave durante el período programado de vacunación, posiblemente deberían esperar a recuperarse. Esto incluye a niños con diarrea o vómitos. Pregúntele a su pediatra o enfermero. Generalmente, los niños con enfermedades leves deben recibir la vacuna.
- Verifique con su pediatra si su hijo tiene problemas digestivos.
- Verifique con su pediatra si el sistema inmunitario de su hijo está debilitado a causa de lo siguiente:
- VIH/SIDA, o cualquier otra enfermedad que afecte el sistema inmunitario.
- Tratamientos con fármacos tales como esteroides de efecto prolongado.
- Cáncer, o tratamiento con fármacos o rayos para el cáncer.
- Verifique con el pediatra si últimamente su hijo recibió transfusiones de sangre o cualquier otro producto derivado de esta (como por ejemplo, inmunoglobulina).
Los efectos secundarios más comunes que se informaron fueron los siguientes: diarrea, vómitos, fiebre, fluido nasal, dolor de garganta, dificultad para respirar (sibilancia) o tos e infección en el oído. Puede solicitarle a su profesional de atención médica una lista más completa de los efectos secundarios. Como siempre, si su hijo desarrolla síntomas anormales, como por ejemplo, dolor abdominal repentino, vómitos, sangre en las heces o cambios en la deposición intestinal, debe llamar a su médico de inmediato. La vacuna contra el rotavirus no debe ser administrada a bebés alérgicos a cualquiera de los componentes de la vacuna.
Consulte la información para el paciente sobre la vacuna contra el rotavirus y converse acerca de esta con el pediatra de su hijo.
Observaciones: la sección de Preguntas Frecuentes se adaptó de National Healthy Mothers, folleto de rotavirus de Health Babies Coalition Fast Facts (publicado originalmente en octubre de 2005) y la Declaración de Información de la Vacuna contra el Rotavirus del Centro de Control de Enfermedades (centers for disease control, CDC)
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Actualizado en marzo de 2023
Fuentes: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades