COVID-19

Aunque el COVID-19 puede afectar a cualquiera, quienes tienen mayor riesgo de enfermarse de gravedad por el COVID-19 son las siguientes personas:

• adultos mayores (el riesgo de enfermarse de gravedad aumenta con la edad);
• personas con ciertas afecciones médicas como cáncer, enfermedad renal crónica, enfermedad pulmonar crónica, demencia, diabetes (tipo 1 o tipo 2), síndrome de Down, enfermedad cardíaca, VIH, enfermedad hepática y anemia de células falciformes;
• aquellos que viven en una residencia de ancianos o en un centro de atención de larga estancia;
• personas obesas (índice de masa corporal [IMC] >30);
• mujeres embarazadas;
• fumadores;
• aquellos que tienen un sistema inmunológico debilitado.

Las mujeres embarazadas con COVID-19 pueden ser más propensas a tener un parto prematuro y una enfermedad grave a causa del COVID-19 que las mujeres no embarazadas.

Se recomienda la vacuna contra el COVID-19 para mujeres que estén embarazadas, amamantando, tratando de quedar embarazadas o que puedan quedar embarazadas en el futuro. Diferentes estudios indican que la vacunación contra el COVID-19 durante el embarazo es segura tanto para la madre como para el bebé. Otras medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermarse incluyen el lavado adecuado de manos, el distanciamiento social y el uso de mascarilla en espacios públicos.

Las mujeres embarazadas también deben recibir otras vacunas para estar protegidas tanto ellas como sus bebés. Obtenga más información sobre las vacunas que se recomiendan durante el embarazo.

Siga los siguientes pasos si se enferma de COVID-19:

• quédese en casa y manténgase aislado;
• hable con un profesional de la salud sobre los tratamientos contra el COVID-19 que pueden disminuir los síntomas y reducir el riesgo de enfermarse de gravedad.

Puede volver a sus actividades normales, si durante al menos 24 horas:

• sus síntomas mejoraron en general;
• tuvo fiebre, que desapareció sin el uso de un medicamento.

Cuando regrese a sus actividades normales, tome recaudos de prevención adicionales durante los próximos 5 días para ayudar a detener la propagación de la enfermedad:

• practique una buena higiene de manos cubriéndose al toser y estornudar, lavándose las manos a menudo y limpiando las superficies que se tocan con frecuencia;
• tomar medidas para que el aire que respire sea más puro, como abrir las ventanas o salir al aire libre.
• use la mascarilla bien ajustada;
• mantenga la distancia con los demás;
• hágase la prueba de virus respiratorios.

Reforzar las precauciones es importante, en especial, para ayudar a proteger a las personas con mayor riesgo de enfermarse gravemente, incluidos los adultos mayores y las personas con sistemas inmunitarios debilitados.

El COVID prolongado, también conocido como las afecciones posteriores al COVID (PCC), incluye una amplia serie de problemas de salud a largo plazo que pueden afectar a personas infectadas con SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19.

Los síntomas del COVID prolongado pueden variar de una persona a otra y pueden durar semanas, meses o incluso años después de la infección. Estos síntomas pueden ser difíciles de explicar o manejar y, en algunos casos, pueden provocar una discapacidad.