
Bryerlee tenía tan solo 4 años cuando la llevaron de urgencia a la sala de emergencias el 16 de octubre de 2017. Había vuelto enferma de la escuela y había estado con fiebre todo el día. Su madre, Mikalee, la llevó al médico esa misma tarde, con miedo de que fuese gripe. El médico le aseguró que aún no había visto casos de gripe ese año. No le hizo el estudio de la gripe, pero sí vio signos de infección de oído, por lo que las envió a casa con antibióticos.
Unas ocho horas después, Bryerlee comenzó a tener dificultades para respirar de un momento para otro. Tenía espasmos que sacudían todo su cuerpo mientras luchaba por respirar. Al notar lo letárgica que estaba y lo mucho que le costaba respirar, su madre se preocupó. Sabía que no podía esperar hasta la mañana siguiente para recibir atención médica, así que se dirigió a la sala de emergencias.
Cuando llegaron al hospital, Bryerlee estaba hipóxica, que es un estado peligroso que se produce cuando el cuerpo no tiene suficiente oxígeno. Sin oxígeno, el cerebro, el hígado y otros órganos pueden sufrir daños apenas unos minutos después de que comiencen los síntomas. A Mikalee le dijeron que si hubiera esperado más tiempo para llevar a su hija al hospital, podría haber muerto.
Ya en el hospital, los médicos evaluaron a Bryerlee y confirmaron que la hipoxia había sido provocada por la gripe. Mientras Mikalee vigilaba a su hija pequeña que estaba internada, se contagió la gripe. Tuvo fiebre alta, escalofríos, dolores corporales y un fuerte dolor de garganta. A Bryerlee le dieron el alta del hospital después de 3 días y la pusieron en cuarentena en su casa durante dos semanas hasta que se recuperó por completo. Pasaron al menos ocho días hasta que Mikalee logró recuperarse.
Antes de este incidente, Mikalee, madre soltera, estaba sobrecargada de compromisos y simplemente sentía que contaba con el "tiempo suficiente" antes de que fuera fundamental vacunar a sus tres hijos contra la gripe. Sin embargo, todas las cosas que la mantenían tan ocupada ahora le parecen tan triviales. Afortunadamente, Bryerlee no ha sufrido ningún problema médico a largo plazo, pero esta experiencia tuvo un gran impacto financiero y emocional para la familia. La factura del hospital fue de más de $11,000, y Mikalee nunca olvidará los peligros de aquello a lo que los demás se refieren como "tan solo una gripe".
Explica que "la vida se interpone en el camino. Pero no puede ser así. No me di cuenta de que cada día que esperaba, estaba poniendo en riesgo su vida. Jamás volveré a llegar tarde".
Después de sobrevivir a esta terrible experiencia, Mikalee ahora se asegura de que ella y sus tres hijos reciban sus vacunas anuales contra la gripe todos los años, el 1 de octubre o antes.
Mikalee Byerman (madre de Bryerlee)
Reno, NV
Adquirido de www.familiesfightingflu.org
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