FECHA
9 de octubre de 2015

Historia de la gripe de Caroline

Mi hija, Caroline, era una niña de 5 años muy activa, saludable y físicamente en forma. Nadaba varias veces a la semana y participaba en clases semanales de gimnasia.

El 18 de diciembre del 2012, llegó a casa de la escuela con un resfrío y una tos leve. Caroline tiene asma leve y a veces usa un nebulizador, pero esa noche su respiración se volvió más dificultosa de lo habitual y decidimos comunicarnos con su pediatra. Después de consultar al pediatra varias veces, la condición de Caroline continuaba empeorando, entonces la llevamos a un hospital local.

En ese hospital, le diagnosticaron influenza A (gripe) y neumonía bilateral, y le pusieron oxígeno mientras los médicos monitoreaban su respiración. Al no haber mejoría, fue trasladada a un segundo hospital con una unidad pediátrica especializada. Mientras estuvo allí, se hundió aún más en el síndrome de dificultad respiratoria aguda, que puso en peligro su vida. Luego fue llevada en transporte aéreo al Hospital Infantil de Philadelphia (CHOP).

Caroline luchaba contra la gripe, la neumonía, sepsis grave, shock séptico, hipoxemia y la amenaza de una insuficiencia cardiorrespiratoria. Durante dos largas semanas, permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del CHOP en coma inducido por medicamentos, intubada y conectada a un ventilador oscilante que ayudaba a sus pulmones, gravemente dañados.

Entre Navidad y Año Nuevo, la situación de mi hija finalmente comenzó a mejorar: sus pulmones, riñones y corazón mostraron mejoría. Su respiración mejoró y por fin le quitaron el respirador y los paralizantes. El 30 de diciembre, habló por primera vez en dos semanas: quería un pretzel blando y una paleta. Nunca imaginé que un pedido de pretzel y golosinas alegraría tanto a mi familia. Pudimos salir del CHOP una semana después.

Caroline había recibido la vacuna contra la gripe todos los años, excepto este año en particular, porque no estaba disponible antes del comienzo de la escuela y luego estuvimos muy ocupados. El no haberle dado prioridad a la vacuna fue el mayor error que he cometido como madre. Todavía no puedo creer que casi pierdo a mi hija a causa de la gripe y que se podría haber evitado mediante la vacunación. A todos los padres les pido: asegúrense de que todos los miembros de su familia mayores de 6 meses se vacunen anualmente contra la gripe.

Jennifer Pool Miller
Madre de Caroline
Westfield, NJ

Obtenido de www.familiesfightingflu.org.


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