La historia de Emma (gripe)

A los 6 años y medio, Emma era una niña sana, feliz y bondadosa que amaba a sus amigos, a los animales, el baile, el arte, las aventuras y estar con su familia. Emma llegó a casa de la escuela el martes 13 de febrero de 2018 y no se sentía bien. En ese momento, sus padres no sabían si Emma tenía tan solo un resfriado o estaba desarrollando una enfermedad más grave.

Esa noche, la llevaron al consultorio de su pediatra de urgencia. Los médicos evaluaron a Emma, pero no le hicieron la prueba para detectar la gripe porque no tenían kits de prueba. Según la evaluación realizada, los médicos llegaron a la conclusión de que lo más probable es que tuviese gripe. No le recetaron un medicamento antiviral porque no era paciente de alto riesgo. Además, debido a la grave época de gripe, había una escasez constante de medicamentos antivirales en las farmacias locales. Los médicos les dijeron a los padres que Emma debía hacer reposo y mantenerse hidratada. Además, les dijeron que controlaran su fiebre con Motrin® o Tylenol®.

A pesar de que no parecía estar tan enferma, Emma se quedó en casa y no fue a la escuela al día siguiente y pasó tiempo con sus padres jugando, construyendo fuertes y viendo películas. Un par de días después, el 16 de febrero de 2018, Emma se fue a la cama con un poco de fiebre. Se despertó con vómitos, que sus padres creyeron que se debía a que había comido algo que no le había sentado bien. A las 10:00 a. m. del día siguiente, Emma todavía estaba vomitando, por lo que sus padres la llevaron de regreso a urgencias, donde le dieron algunos medicamentos contra las náuseas. Después de vomitar la primera dosis de medicamento, le dieron una segunda dosis junto con pequeños sorbos de agua y Pedialyte®. Emma y su familia regresaron a casa, se bañó y vio una película con sus padres. Esa tarde, Emma volvió a vomitar. Los padres de Emma decidieron llevarla a la sala de emergencias pediátricas.

Allí, los médicos de la sala de emergencias internaron a Emma, comenzaron a darle líquidos y más medicamentos contra las náuseas, y decidieron monitorearla durante la noche. Aproximadamente a las 10:00 p. m., debido al estado en el que se encontraba, les comunicaron a los padres que lo mejor sería trasladar a Emma a la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) en el Hospital Yale New Haven. Cuando llegó a la UCIP alrededor de la medianoche, Emma estaba sentada, hablando y pidiendo una bolsa de hielo. De repente, alrededor de las 1:45 a. m., Emma tosió y su corazón se detuvo. Los médicos intentaron restablecer su ritmo cardíaco durante aproximadamente 30 minutos, haciendo RCP y administrándole epinefrina. A pesar de todos sus esfuerzos, Emma falleció alrededor de las 2:15 a. m. del 18 de febrero de 2018.

La autopsia de Emma mostró que el virus de la influenza (gripe) B había afectado su corazón y le había causado miocarditis viral. Sus padres sienten que tomaron todas las precauciones necesarias para proteger a Emma, incluida la vacunación contra la gripe el 2017 de octubre. Aunque se dan cuenta de que la vacuna contra la gripe no es perfecta, los padres de Emma creen que la vacunación anual contra la gripe es de vital importancia para todos porque no solo ayuda a proteger a quien se la aplica, sino que también ayuda a proteger a los demás al reducir la propagación de la enfermedad.

En honor a su hija, los padres de Emma han fundado una organización benéfica llamada Emma's Plan para seguir apoyando las cosas que Emma amaba en la vida, como el arte, los niños y los animales. La madre de Emma hace edredones con diseños de gatitos como una forma de honrar el legado de su hija y ha recibido miles de cuadrados de tela decorados con patrones de gatitos de todo el mundo, incluidos Sudáfrica, Nueva Zelanda, Australia, Europa y México. La madre de Emma ha donado estos edredones a los amigos, compañeros de escuela, familiares y profesionales de la salud que participaron en su tratamiento. Su madre también continúa hablando públicamente sobre la importancia de la vacunación contra la gripe para ayudar a evitar que otros experimenten una tragedia similar.

Christy Pugh (madre de Emma)
Norwalk, Connecticut

Fuente: www.familiesfightingflu.org.