
La National Foundation for Infectious Diseases (NFID) celebra su 50.º aniversario en 2023 con una retrospectiva de logros destacados y momentos significativos en la historia de la salud pública. Pocos logros pueden compararse con la erradicación mundial de la viruela.
La viruela es la primera y única enfermedad infecciosa que se ha erradicado en humanos, lo que significa que ya no existe de forma natural en ninguna parte del mundo. La viruela es también la primera enfermedad para la que se desarrolló una vacuna y la vacunación desempeñó un papel importante en la erradicación de la enfermedad.
Antes de su erradicación, la viruela era una enfermedad grave causada por el virus de la viruela humana. Con frecuencia provocaba cicatrices permanentes, ceguera y, en muchos casos, la muerte. La viruela se transmite de persona a persona a través del contacto directo y prolongado. Cuando una persona infectada tosía o estornudaba, las gotitas de la nariz y la boca que contenían partículas virales se transmitían a otras personas. La viruela también se propagaba si los artículos contaminados, o las costras y el líquido de un paciente, entraban en contacto con personas susceptibles.
Antes de su erradicación, la viruela infligió mucho daño a la humanidad:
- Alrededor de 3 de cada 10 personas infectadas con viruela murieron
- Alrededor de 500 millones de personas murieron a causa de la viruela en un plazo de 3,000 años, incluidas 300 millones de muertes solo en el siglo 20
- Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 65 y el 80 % de los supervivientes de la viruela sufrieron cicatrices profundas (marcas de viruela)
- Aproximadamente entre el 5 y el 9 % de los supervivientes de la viruela desarrollaron complicaciones oculares como la ceguera
Historia de la viruela
Los primeros esfuerzos para prevenir la viruela ocurrieron a través de la variolización, un procedimiento mediante el cual se extraía material de las pústulas de la viruela, se rascaba la piel y se aplicaba dicho material sobre ella o este era aspirado por una persona que nunca antes se había infectado. Los individuos variolizados tenían muchas menos probabilidades de morir de viruela que los que la contraían de forma natural. Sin embargo, este método, que consistía en una inoculación "controlada" con el virus de la viruela real, a veces producía resultados desafortunados. Las personas podían enfermarse gravemente si el virus se propagaba más allá del sitio de inoculación a otras partes del cuerpo. Además, el virus podía propagarse a otros, iniciándose así brotes locales de viruela. Por lo tanto, la variolización tenía serias limitaciones.
En 1796, el médico inglés Edward Jenner observó que las ordeñadoras que anteriormente habían tenido viruela bovina (que es causada por un virus que está estrechamente relacionado con la viruela humana) eran resistentes a la viruela. Al transferirse material proveniente de una llaga de viruela bovina de una ordeñadora llamada Sarah Nelmes al brazo de James Phipps, el hijo de su jardinero, Jenner observó que Phipps había desarrollado inmunidad a la viruela después de exponerse al virus de la viruela humana. Este importante descubrimiento condujo al desarrollo de la primera vacuna contra la viruela derivada de la viruela bovina.
La OMS comenzó a trabajar intensamente para erradicar la viruela en 1959, pero la campaña no fue suficiente debido a la falta de recursos, financiamiento y compromiso mundial. En 1967 se reactivaron los esfuerzos a través del Programa de Erradicación Intensificada. Los avances en la investigación de vacunas, los adelantos en vigilancia y las campañas de vacunación masiva en todo el mundo contribuyeron al éxito del programa.
Las estrategias de vigilancia y contención fueron fundamentales para la erradicación. La vigilancia intensiva permitió a los trabajadores de la salud pública identificar en forma temprana los casos de viruela, aislar y entrevistar a los pacientes infectados, identificar a las personas que habían estado expuestas, así como a sus contactos cercanos, notificarlos sobre su exposición y monitorear su salud. Estos contactos y sus allegados fueron vacunados en lo que se conoce como vacunación en anillo, un procedimiento utilizado para priorizar los recursos y evitar una mayor propagación de la enfermedad mediante la formación de un "anillo" protector de inmunidad alrededor de las personas infectadas.
La colaboración internacional en el uso estratégico de la vacuna contra la viruela dio como resultado la erradicación mundial de esta temida enfermedad infecciosa. El último caso de viruela por contagio natural se detectó en Somalia en 1977. El último caso mortal de viruela ocurrió en Inglaterra en 1978. La viruela fue declarada oficialmente erradicada por la Asamblea Mundial de la Salud en 1980; desde entonces, no ha habido ningún caso de viruela por contagio natural.
Debido a que la viruela ha sido erradicada, las vacunas contra esta enfermedad ya no se administran al público en general. Sin embargo, si ocurriera un brote de viruela, hay vacunas autorizadas disponibles en los EE. UU. que son seguras para su utilización contra esta enfermedad. La vacuna contra la viruela puede proteger a los receptores de enfermarse o reducir la gravedad de la enfermedad si se recibe antes o dentro del plazo de una semana contado desde la exposición. La inmunidad suele durar entre 3 y 5 años y disminuye con el tiempo, lo que indica que puede ser necesario aplicarse refuerzos. Es posible que las vacunas actuales contra la viruela causen efectos secundarios leves, pero han sido eficaces para prevenir infecciones entre el 95 % de las personas infectadas.
La erradicación de la viruela es considerada uno de los mayores logros en materia de salud pública de todos los tiempos.
La erradicación de la viruela cambió mi vida. Había planeado pasar 2 años en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) como funcionario del Servicio de Inteligencia de Epidemias y, luego, continuar mi capacitación para convertirme en nefrólogo pediátrico. Me ofrecí como voluntario para ir a la India a trabajar en la viruela y fui testigo de cómo esta terrible enfermedad desapareció ante mis ojos con una vacuna. Rápidamente, quedé cautivado por la vacunología.
Walter A. Orenstein, MD, expresidente de la NFID
Héroes de la salud pública reflexionan sobre la viruela
Escuche estos episodios del podcast Infectious IDeas en el que el ex director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), William H. Foege, MD, MPH, y el expresidente de la NFID, Walter A. Orenstein, MD, reflexionan sobre sus experiencias de primera mano con la erradicación de la viruela …
Episodio 7
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