Un agradecimiento especial al Dr. William Schaffner, director médico de la National Foundation for Infectious Diseases (NFID) y profesor de medicina preventiva en la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, por esta publicación de blog como invitado.
Las vacunas salvan vidas; directamente no hay duda al respecto. Décadas de evidencia y estudios científicos respaldan esto. Entonces, ¿por qué nos enfrentamos a una posible epidemia de enfermedades prevenibles mediante vacunas?
Esa es la pregunta que los senadores Lamar Alexander (R-TN), Patty Murray (D-WA) y sus colegas del Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones (HELP) del Senado de los Estados Unidos explorarán en una audiencia del Congreso el 5 de marzo y 2019. Su voluntad de hacer frente a esta emergencia nacional no podría llegar en mejor momento.
En este momento, estamos viendo múltiples brotes de sarampión, una enfermedad grave y altamente contagiosa que se ha podido prevenir desde los años 1960. Las complicaciones del sarampión pueden incluir neumonía, otitis media (infecciones de oído), encefalitis (inflamación del cerebro), convulsiones e incluso la muerte. Antes de la disponibilidad de una vacuna contra el sarampión, entre 400 y 500 niños morían cada año en los Estados Unidos debido al sarampión y sus complicaciones. La vacuna es segura y eficaz, sin embargo, algunos padres optan por no vacunar a sus hijos debido a nociones falsas que vinculan las vacunas con el autismo y que han sido rechazadas por la comunidad científica. La desinformación sobre las vacunas tiene un impacto en la vida de los niños. Se reportaron más de 370 casos de sarampión en los EE. UU. en 2018 con brotes en Nueva York, Washington, Texas e Illinois. En 2019, ya se han reportado 159 casos de sarampión, hasta el 21 de febrero.
Estos brotes de sarampión son completamente prevenibles y también altamente predecibles. Cuando las tasas de inmunización de una comunidad disminuyen, la enfermedad sigue inevitablemente. El problema es tan importante que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró recientemente que la reticencia a vacunarse es una de las principales amenazas para la salud pública mundial. Desafortunadamente, el sarampión no es la única enfermedad que preocupa a los expertos en salud pública.
Ahora tenemos una vacuna que puede prevenir ciertos tipos de cáncer y, sin embargo, las tasas de vacunación contra el VPH siguen estando por debajo de los objetivos de salud pública. Las tasas de vacunación contra el VPH de Tennessee caen constantemente en la quinta parte inferior de todos los estados, a pesar de tener altas tasas de cáncer de cuello uterino y mortalidad por cáncer de cuello uterino. Cada año en los Estados Unidos, 33,700 mujeres y hombres son diagnosticados con un cáncer causado por la infección por VPH. La vacunación contra el VPH podría prevenir más del 90 por ciento de estos cánceres.
También está la preocupante tendencia de las disparidades raciales. Aquí en Tennessee, el 50 por ciento de los niños blancos estaban completamente inmunizados contra la influenza en 2017 años, en comparación con solo el 28 por ciento de los niños negros. Dado lo grave que puede ser la gripe en los niños pequeños (hubo más de 180 muertes infantiles en los EE. UU. la última temporada de gripe), esos porcentajes son motivo de alarma.
Al igual que una señal de alto o un límite de velocidad, las leyes estatales que exigen que los niños en edad escolar estén vacunados ayudan a proteger la salud pública. En los estados y comunidades donde los grupos antivacunas han eliminado esos requisitos, se han producido brotes de enfermedades.
En Tennessee, al igual que en el resto del país, el número de familias que reclaman exenciones de los requisitos de vacunación ha aumentado gradualmente durante la última década. Alrededor del 1.3 por ciento de los niños de kindergarten de las escuelas públicas en Tennessee reclamaron una exención religiosa en el año escolar 2017-2018. En las escuelas públicas del condado de Williamson, la tasa de exenciones religiosas fue del 2.8 por ciento, más del doble de la tasa estatal.
Esos porcentajes pueden parecer pequeños, pero los expertos de la National Foundation for Infectious Diseases (NFID) y otras organizaciones de salud pública advierten sobre las consecuencias ominosas de las bajas tasas de inmunización.
El brote de enfermedades prevenibles por vacunación en todo el país es una tragedia evitable. El senador Alexander y sus colegas deben ser elogiados por su liderazgo bipartidista para detener este desastre potencial.
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