Preguntas frecuentes sobre el rotavirus

Cuando los niños vomitan y tienen diarrea, pueden perder líquidos rápidamente. Esto puede provocar deshidratación, durante la cual el organismo no tiene el agua y las sales (o electrolitos) necesarios para funcionar bien.

Los bebés menores de 1 año, en especial los que tienen fiebre, pueden deshidratarse con mayor facilidad por su tamaño corporal más pequeño.

Es posible que sea necesario rehidratar a algunos niños con líquidos intravenosos. En los casos más graves de deshidratación, un niño puede incluso sufrir convulsiones o entrar en estado de shock, lo que en raras ocasiones puede poner en peligro su vida.

El rotavirus a menudo comienza con fiebre leve, seguida de vómitos, malestar estomacal y diarrea líquida muchas veces al día. Cualquier persona que cuide a niños pequeños debe conocer los síntomas del rotavirus, que incluyen los siguientes:

• diarrea líquida frecuente (a menudo maloliente, verde o marrón);
• vómitos frecuentes;
• Fiebre
• dolor abdominal.

Los siguientes son signos de deshidratación:

• letargo (el niño no se concentra en usted, es menos sensible al tacto o a las palabras);
• micción menos frecuente;
• llanto sin lágrimas;
• piel seca y fría;
• boca seca o pegajosa;
• ojos hundidos o un punto blando hundido en la parte superior de la cabeza;
• sed extrema.

Si cree que su hijo tiene rotavirus, hable con un profesional de la salud.

Los casos de diarrea sin complicaciones se pueden controlar en casa con líquidos, como soluciones orales electrolíticas, para reponer los que se pierden con la diarrea y los vómitos.

Es posible que los vómitos intensos o la deshidratación deban tratarse con líquidos por vía intravenosa (VI) en una sala de emergencias o en un hospital.

El rotavirus puede transmitirse tanto antes como después de que los niños muestren signos de estar enfermos.

Los niños pueden contraer una infección por rotavirus si se llevan los dedos a la boca después de tocar algo contaminado con fluidos corporales o materia fecal de una persona infectada. Por lo general, esto sucede cuando los niños se olvidan de lavarse las manos con la suficiente frecuencia, especialmente antes de comer y después de ir al baño.

Las personas que cuidan a los niños también pueden transmitir el virus, especialmente si no se lavan las manos con frecuencia, sobre todo después de cambiar pañales.

La mayoría de los limpiadores desinfectantes, incluidos los productos antibacterianos, no son efectivos contra el rotavirus. El virus puede sobrevivir durante unas horas en las manos humanas y durante días en superficies duras y secas.

El rotavirus puede transmitirse fácilmente en las familias y pueden producirse brotes en guarderías, grupos de juego y hospitales.

La mejor manera de proteger a su hijo contra el rotavirus es asegurarse de que esté vacunado.

El buen lavado de manos, la higiene y la limpieza son importantes, pero no son suficientes para detener la propagación del rotavirus.

Los adultos pueden infectarse con rotavirus, pero suelen tener una enfermedad más leve cuando se infectan.

Los niños pequeños de entre 6 y 24 meses de edad son los que corren mayor riesgo de contraer una enfermedad grave por rotavirus.

No existe una manera confiable de saber cómo afectará el rotavirus a su hijo. Los padres deben consultar con un profesional de la salud de confianza sobre la vacunación para proteger a sus hijos del rotavirus.

Los bebés deben ser vacunados para protegerlos contra la enfermedad por rotavirus.

Actualmente, dos vacunas contra el rotavirus están autorizadas para bebés en los EE. UU. A partir de los 2 meses de edad, los bebés deben recibir 2 o 3 dosis, según la marca de la vacuna contra el rotavirus.

Hable con un profesional de la salud sobre qué vacuna contra el rotavirus es mejor para su hijo.

Las vacunas contra el rotavirus son seguras y eficaces:

• Aproximadamente 9 de cada 10 niños que se vacunan están protegidos contra la enfermedad grave por rotavirus (fiebre, vómitos, diarrea y cambios en el comportamiento).
• Aproximadamente 9 de cada 10 están protegidos de la hospitalización.
• Aproximadamente 7 de cada 10 niños están protegidos contra cualquier tipo de enfermedad por rotavirus.

La mayoría de los bebés que reciben la vacuna contra el rotavirus no presentan ningún efecto secundario.

Algunos bebés tienen efectos secundarios que suelen ser leves y desaparecen por sí solos, como irritabilidad o diarrea o vómitos breves y temporales.

Los efectos secundarios graves son posibles, pero poco frecuentes. El riesgo de invaginación intestinal (un tipo de obstrucción intestinal que se trata en un hospital y que podría requerir cirugía) es de aproximadamente 1 en 20,000 a 1 en 100,000. Los beneficios de la vacuna contra el rotavirus superan el riesgo.