Virus de la polio

¿Qué es la polio?

La polio es una enfermedad contagiosa y grave, causada por un virus que ataca el sistema nervioso. El virus de la poliomielitis se transmite mediante el contacto con la materia fecal de una persona infectada o a través de las gotitas producidas al estornudar o toser.

Incidencia

En la década de 1950, antes de que existieran vacunas contra la polio en Estados Unidos, los brotes de esta enfermedad causaban más de 15,000 casos de parálisis cada año. Luego de la llegada de las vacunas contra la polio al territorio estadounidense, se observó un descenso notable en la incidencia de casos, que disminuyeron a menos de 100 al año durante la década de 1960 y a menos de 10 en la década de 1970. En 2022, la aparición de un caso de polio paralítica, junto con la identificación del virus de la polio en muestras de aguas residuales en Nueva York, resaltaron la continua necesidad de mantener la vacunación contra la polio como una práctica habitual.

Síntomas

En su mayoría, quienes contraen el virus no mostrarán síntomas. No obstante, habrá quienes padezcan efectos leves, tales como fiebre, fatiga, mareos, dolores de cabeza, afecciones semejantes a la gripe, rigidez en el área cervical y dorsal y molestias en las extremidades, que, por lo general, desaparecen por completo.

En ciertos casos, el virus de la poliomielitis puede causar parálisis, especialmente en las extremidades inferiores, lo cual puede derivar en una discapacidad permanente. Además, este virus puede resultar mortal si paraliza los músculos responsables de la respiración en las personas afectadas.

Entre 1 y 5 de cada 100 personas infectadas con el virus de la polio desarrollarán meningitis, una infección que afecta la médula espinal o el cerebro.

Prevención

Desde que la vacunación contra la polio se generalizó en la década de 1950, la enfermedad ha desaparecido en Estados Unidos. Aun así, el riesgo de contagio persiste en otras partes del mundo, motivo por el cual se insiste en la vacunación de todos los niños.

La pauta de vacunación indica que los niños deben recibir un total de 4 dosis de la vacuna contra la polio, con 1 dosis en cada una de las siguientes edades:

  • 2 meses
  • 4 meses
  • 6-18 meses
  • 4-6 años

La mayoría de los adultos en Estados Unidos recibieron las vacunas durante su infancia y no necesitan dosis adicionales. En el caso de aquellas personas mayores de 18 años que no estén vacunadas o no estén seguras de su estado de vacunación, se recomienda completar una serie primaria de vacunación contra la polio con la vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV) tan pronto como sea posible.

Los adultos que ya han recibido el esquema completo de vacunación y que se encuentran en una situación de mayor riesgo de exposición al virus de la poliomielitis, como los que viajan a zonas de alto riesgo, pueden optar por recibir una dosis de refuerzo única de la vacuna IPV, la cual les proporcionará protección de por vida.

Tratamiento

En la actualidad, no existe una cura ni un tratamiento específico para la poliomielitis paralítica. Sin embargo, la fisioterapia o terapia ocupacional pueden ayudar a mejorar la debilidad en brazos o piernas ocasionada por la polio.

 

Revisado en enero de 2024

Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades