FECHA
17 de junio de 2021

Alison

Cuando era un niña pequeña de menos de 5 años, andaba descalza todo el tiempo. Mis padres siempre me advertían que no pisara clavos y me indicaban qué lugares eran seguros para jugar. También me solían contar sobre un niño de nuestro pueblo (Escondido, California) que había muerto de tétanos. Su nombre era LeRoy Riddlespurger. Tengo 81 años y nunca olvidé su nombre ni su historia. Me he vacunado de manera sistemática contra el tétanos, cada 10 años.

Cuando era una niña, tuve la mayoría de las enfermedades de la infancia. En ese momento agradecía el terrón de azúcar con la vacuna contra la polio y ahora estoy agradecida por la vacuna contra el COVID-19.

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